En un orfanato de Liverpool, en el año 1840, estaba Sofía, una muchacha de tan solo doce años de edad. Sus padres fueron asesinados brutalmente delante de ella cuando tenía tres años, pero a pesar de ello era alegre y amable.
Tanto la directora como el personal la trataban como una rata y los demás niños pasaban de ella, salvo cuando necesitaban su ayuda.
Un día vio a una chica nueva llorando detrás de un árbol del jardín. La chica aparentaba su edad, era rubia, pálida, de ojos azules verdosos o verdes azulados, cosa que no tenía muy clara, iba en silla de ruedas. Cuando fue a animarla vio que también había ido un chico que aparentaba unos quince años. Después de aquello se hicieron amigos íntimos.
Sara, la de silla de ruedas, era calmada y seria. Tenía la edad de Sofía. Julián tenía trece años, era atrevido y chistoso.
Solían hacer trastadas para molestar a la amargada directora. Tantas fueron que los niños del orfanato los llamaban los tres justicieros.
Una noche fría, en el orfanato sonó un ruido bastante extraño. Sofía se levantó de su cama y fue al pasillo en busca del emisor de aquel ruido tan extraño. Vio una sombra alta. Se respiraba un ambiente escalofriante. A Sofía, de repente, le costaba respirar, el corazón palpitaba como si se le fuera a salir del pecho. A pesar del terror que sentía, se acercaba lentamente a la sombra, la cual también se iba acercando a la muchacha…
A la
mañana siguiente, Sara se despertó y no encontraba a Sofía en ningún sitio. A
la semana empezó a notarse la tensión. Sara le preguntó a Julián y este dijo
que la última vez que la vio fue aquella mañana en el jardín del orfanato, al
lado del árbol donde se conocieron. Aliviada, Sara fue en su busca, pero cuando
llego al jardín, se vio en una especie de capa de humo negra. Vio a Sofía, algo
trasparente y pálida, estaba manchada de sangre y, de repente, se transformó en
Julián, el cual sonreía de una forma escalofriante. Sara empujó su silla de
ruedas lo máximo que pudieron sus manos. Al salir de la capa de humo negra miró
a su alrededor. Parecía estar en un infierno, un infierno frío y de luz tenue
que prácticamente parecía oscuro. Cogió papel, un sobre y un bolígrafo... La
carta misteriosa la dejó tirada en el suelo. Después, no se supo nada de esos
tres buenos amigos.
Veinte
años después, tres amigos, llamados Sofía, Sara y Julián, se encuentran una
carta algo longeva en su orfanato de Liverpool… Sé que estás muriendo de tensión...
:)
Continuará...
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