CON ELIA TRALARÁ
Por Alba, Martina y Sara
Elia monta una mesa con un mantel negro, libros, un botijo y dos cucharas.
Espera pacientemente a que se callen los niños. Da instrucciones para el buen funcionamiento de la sesión.
Durante la sesión hace que el público
participe, haciendo preguntas y aceptando sugerencias.
Hace sonidos con la boca, pone voces, hace
gestos, gasta bromas… Canta canciones, utiliza su cuerpo, da sustos… El público
se ríe.
Cuenta dos cuentos: Cocorico, de Marisa Núñez, y Cómetelo todo, de Mar Benegas. Y canta otro, acompañada con las cucharas que golpea contra sus manos y su pierna.
Nos pareció una sesión divertida.
ENTREVISTA
¿Qué cuentos te gustan?
Me gusta todo tipo de cuentos, me gustan
mucho los que tienen humor y mucha emoción, mucha intriga, como los que he
contado hoy, pero también me gustan los cuentos tradicionales, como los que
contaban los abuelos y las abuelas, y también los que hay en los libros.
¿Por qué decidiste ser cuentista?
Creo que porque de pequeña me gustaba mucho
leer, me gustaban mucho las historias, y también hice teatro… Un día descubrí
que se podía contar cuentos, incluso hacer de eso tu profesión… Y ahí es cuando
decidí dedicarme a contar cuentos a niños y a mayores.
¿Qué dificultades hay en contar cuentos a niños y niñas?
La dificultad es contar delante de muchos
niños y niñas, de muchos papás, porque cuando se hace en un escenario es muy
distinto a cuando te lo cuento a ti personalmente. Hay que tener en cuenta
otras cosas, para que la gente esté atenta y callada… Pero, por lo demás, no es
complicado.
¿Qué te ha parecido la sesión de hoy?
Muy bien. Había niños un poco pequeños, pero
porque venían acompañando a sus hermanos más mayores, y les cuesta más mantener
la atención. En general el público se ha portado muy bien, ha sido muy
participativo y yo creo que nos lo hemos pasado bien todos, ¿no?
¿Qué destacarías de las bibliotecas?
Todo. Son unos espacios muy necesarios en
todas las ciudades y todos los pueblos, porque es donde puedes acceder a libros
que no puedes comprar o no puedes encontrar en otro sitio, leer todo tipo de
cosas. Y además, las bibliotecas hacen un montón de actividades, son gratuitas…
y los bibliotecarios suelen ser gente muy dispuesta.
¿Qué olor serías?
Olor a leña, a pueblo. Soy muy de pueblo, me
identifico.
¿Qué animal serías?
Me gustan los perros que son cariñosos y amigables. O la cigüeña, también podría ser.
¿Qué personaje de cuento no serías?
Ahora no se me ocurre ninguno, porque los
malos de los cuentos me encantan. Me gustan todos. Los malos hacen que los
buenos sean más buenos.
¿En qué objeto te convertirías?
Me estáis haciendo pensar mucho (risas). Me
convertiría en… un botijo. Es fresco, útil, de pueblo, original, porque los
niños no lo conocen hoy en día… Sí definitivamente, un botijo, rechoncho.
¿Qué sientes al leer un cuento?
Normalmente, si me gusta siento emoción o me
engancha y se me olvida todo lo demás, o risa si es de risa, o miedo… Lo bueno
de los cuentos es que te hacen sentir muchas cosas, y si son contados, también.
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